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martes, 31 de diciembre de 2013

Se acabó!

Solo quedan unas horas para que se termine el 2013. Si tuviera que destacar algo de este año, sería la buena suerte que he tenido al encontrar un buen trabajo y un pisito donde vivir sola, a mis anchas (o estrechas, que tampoco es tan grande). Mi alemán ha mejorado, aunque sé que podría haberlo hecho mucho mejor... Reconozco que he tenido distracciones que me han alejado de mis objetivos marcados para este año, que básicamente era aprender mucho alemán, juntarme con alemanes, bla bla bla... Y no, la distracción no ha sido el exceso de fiesta o de gandulería y pasotismo; ha sido eso que nos tiene tontos cuando nos da fuerte, que viene sin avisar y que te hace vivir en una montaña rusa constante, invade tu mente y te hace olvidar todo lo demás. Te hace cambiar y ver las cosas con una nueva perspectiva, sobre todo cuando no sale bien... Supongo que ya sabéis de lo que estoy hablando. Así que para este año que entra voy a centrarme en mí y en lo que me conviene, en mejorar en todos los aspectos, aprender de los errores del 2013 y no volverlos a repetir, y en retener todo lo que he aprendido de la vida y de mí misma este año y usarlo para bien. Os deseo a todos una entrada de año fenomenal y sobre todo que el 2014 os traiga nada más que cosas buenas y retos que podáis superar.

Un abrazo enorme a todos y a comerse el 2014!

lunes, 30 de diciembre de 2013

Fum Fum Fum

El Papá Noel maquiavélico de mis vecinos os desea felices fiestas y bonita entrada de año!

(De noche brilla en la oscuridad y da miedo)
(Además es un poco santanazi)

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Tres hurras...

...por las galletas caseras de mi doctora! Fui a pedir cita y me vi con una bandeja de galletas caseras que estaban de buenas... Así da gusto ir al médico.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Va de dulces

Se nota la época en la que estamos, ¿no? 
Estos son los dulces que vi el otro día y aluciné a más no poder. Había visto manzanas caramelizadas, o chocolateadas, pero esto es ya otro nivel. En la foto solo se ven manzanas, pero es que había de todo: piña, uvas, plátanos, fresas... recubierto de todo tipo de sabores y cosas. Un gustazo para el cuerpo, y para el bolsillo un hachazo moderado, la verdad que para lo que es, está muy bien. Lo que pasa es que si no quieres perder tanto dinero como calorías ganas, es mejor ir probando las cosas de poco en poco, que una come más con la vista que otra cosa.

Sin novedad que contar, solo quería compartir estas vistas tan *arghghghh* con vosotros.


Esas manzanas verdes que se ven sabían a lima

viernes, 6 de diciembre de 2013

Schneeballen

A pesar de ser mis segundas navidades aquí, recién ayer descubrí estas "bolas de nieve". Pasé varias veces por delante del puestecito del Weihnachtsmarkt donde las vendían y no acababa de entender de qué estaban hechas, o si estaban rellenas, o qué. Total, que al final por el precio que tienen acabé por comprarme una de fresa, y la verdad es que mereció la pena el intento. No creo que sea algo que uno se pueda zampar de una "sentá", porque la pasta es bastante densa (yo solo me comí la mitad y ya estaba llena). Según la Wikipedia (no nos vamos a poner exquisitos buscando fuentes de información) son unas bolas hechas de "pasta brisa" (la que sepa de repostería entenderá lo que digo. Yo no tengo ni pajolera de qué pasta es esa...). Mi amiga la Wiki también me chiva que se lleva haciendo desde hace 300 años, y se ve que en un lugar llamado Rothenburg ob der Tauber, en Baviera, son unos especialistas en el tema y muchas empresas se dedican a ver cómo perfeccionar las bolas de nieve y sacar al mercado nuevos sabores y variantes.

Os sugiero que las probéis a ver qué os parece y me decís qué tal. O si ya las conocíais, decidme si os gustan o no. Yo les doy el aprobado, pero en pequeñas dosis.




Aprovecho para desearos a todos un bonito St. Nikolaus hoy, que por Alemania se celebra mucho y se regala chocolate como tradición. Y felicidades atrasadas a los que estéis por las Holandias o las Bélgicas por el Sinterklaas ayer!

martes, 3 de diciembre de 2013

German makes me cry


"Si amas a alguien, díselo hoy, porque la vida es corta. Pero díselo en alemán, porque la vida también da miedo y es complicada"

Pues eso, que si ya para decirte algo bonito te lo tienen que decir en alemán, y ya da miedo de por sí, cuando te gritan enfadados ya te caes de la silla del susto. Y es lo que me pasó ayer. No, nadie me dijo "te quiero" en alemán (ni en ningún otro idioma), soy una forever alone, pero sí me gritaron por teléfono y me hicieron llorar, porque soy una pava. De nuevo se repite la historia del "un técnico irá a tu casa entre tal y tal hora", avisas en el trabajo de que irás algo más tarde, y te tiras 3 horas esperando y ahí no aparece ni Yisus. Llamas con toda tu buena fe al técnico preguntándole que sobre qué hora vendrán porque no puedes esperar más, y te empieza a gritar (no a alzar la voz, sino a gritar directamente) de manera muy despectiva (y mira que no soy muy susceptible) diciendo que él ya ha estado hoy y que no va a volver. "Pero si llevo 3 horas mirando por la ventana y aquí no ha venido nadie..." y el tío venga gritar y decirme que ha llamado al timbre y como nadie ha contestado, se ha ido. Y yo dale que dale con que aquí no ha venido nadie, y él que sí; al final le digo "Bueno, igual en el momento en que ha llamado al timbre yo estaba en el baño, ¿por qué no ha vuelto a llamar?" Y nada, que él dice que no es su problema que yo esté en el baño, ni que haya faltado al trabajo toda la mañana para nada, que él ya no piensa volver. "¿Y por qué no ha llamado para ver si había alguien en casa?" Y poco más que se descojona en mi cara (¿en mi oído?) diciendo que para qué me va a llamar, que vaya tontería. "¿Y cuándo puede volver? ¿Hoy?" "No" "¿Mañana?" "No" "¿La semana que viene?" "No voy a volver". Y mi cara de... "Ya, nunca más va a volver ya nadie ¿no?" "No. Al menos hasta el año que viene". 

... Pues muy bien.

De verdad que quería coger y decirle que por qué mierdas se enfada y me grita, que si no sabe ser una persona normal y hablar bien, pero no sabía ni por dónde empezar. Discutir no se me da bien en mi idioma, mucho menos en alemán. A todo esto yo diciéndole que algunas cosas no las entendía y el tío gritándome todavía más por no entenderle. Al final llamé al casero y le dije que qué podía hacer, y otro que empezó a gritarme y hablar a la velocidad de la luz y que no desaceleraba por mucho que yo se lo pidiera. La cosa terminó en que acabé llorando por sentirme inútil, sin entender ni qué pasa ni qué puedo hacer, y sobre todo sola en todo este percal. Al final volvió a llamar el casero (me habría notado el hilillo de voz justo antes de colgar) y con buen tono me dijo que intentaría arreglarlo. Como es de esperar, sigue sin haber arreglado nada, pero al menos se mostró algo piadoso al final.

En definitiva, que este tipo de marrones no molan nada cuando los vives por primera vez, sola, lejos de casa y de alguien que te ayude, y encima en alemán. Pues sí es verdad que la vida es terrifying y confusing, igual por eso los alemanes me gritan en vez de hablarme, para que me identifique más con su terrifying y confusing lengua.


He aquí un pobre hombre que compartía mi frustración

lunes, 25 de noviembre de 2013

Weihnachtsmarkt

No me voy a explayar porque ni tiempo ni ganas tengo, solo diré que... ¡Ya están aquí los mercados navideños! Me pone de buen humor verlo todo tan bonito, con las luces y los buenos olores que salen de los puestecitos de comida. Ahora solo falta que nieve y ya será ambiente navideño 100%.

¡Alegría para todos!


viernes, 22 de noviembre de 2013

El buen servicio y las diferencias culturales

Ya sé que muchas veces me quejo porque la fama de eficientes de los alemanes no siempre se cumple (véase la batalla de un mes que tuve con los de Internet para que me lo arreglaran...), pero la verdad es que muchas veces tienen detalles que no he visto nunca en España. Hace un año, cuando llegué a Alemania, acompañé a mi entonces compañero de piso (un inglesito loco, algún día os hablaré de él y alucinaréis) a buscar trabajo en una ETT. Para mi sorpresa, cuando nos atendieron nos preguntaron que si queríamos té, café, agua, cola, galletitas... Ya había visto algo parecido en Bélgica, y en la misma ETT, así que pensé que igual era un detalle que caracterizaba a esta empresa en concreto. Sin embargo, más adelante fui a abrirme una cuenta de banco y, para mi sorpresa, me volvieron a ofrecer bebidas. Por una vez, accedí y pedí agua... y me la trajeron con gas. Es mi pequeño trauma desde que estoy aquí, pero ese también es otro tema. Y finalmente, el otro día fui a una óptica (¡una óptica!) y me volvieron a ofrecer que si café, que si té... Vamos, no sé, pero hasta ahora no he visto esto nunca en España, y creo que uno de los motivos puede ser simplemente cultural. En España, nos educan desde pequeños a rechazar lo que nos ofrecen cuando estamos de invitados en casa de alguien. Más o menos, el ritual es algo como...

*Anfitrión invita - invitado rechaza - anfitrión insiste - invitado asegura que no, que de verdad, estoy bien - anfitrión insiste una tercera vez - invitado acepta*

En otras culturas, sin embargo, cuando el invitado rechaza la oferta no se le suele insistir, porque si dice que no quiere tomar nada, será porque no tiene sed. Así de simple y lógico. Y si tienen sed, pues dirán que sí, si es que para eso los alemanes son muy directos y sinceros. Pues digo yo que igual es este el motivo por el que ofrecen cosas: porque de verdad las van a aceptar. Apuesto a que los españoles debemos de ser los únicos pringados que rechazamos las bebidas; igual hasta es de mala educación y todo, vete a saber. Por supuesto, estoy generalizando, pero por lo general, es así. ¿Tenéis alguna experiencia por el estilo? ¿Qué otra teoría tenéis para que aquí ofrezcan cosas mientras que en España ya ni caramelitos nos dan? ¿Será la crisis? ¿Qué os parece que ofrezcan bebidas mientras te atienden? No sé, pero a mí no me parece muy normal estar bebiéndose un café mientras te gradúan la vista o te preparan el interminable papeleo en el banco para abrirte una cuenta, con todos los folios y carpetas de por medio y todo... Yo no lo acabo de ver.

martes, 19 de noviembre de 2013

Cómo volverse majara en 2 minutos...

...y aprender una palabra nueva: Rhabarber (ruibarbo, una planta raruna que viene de Ucrania, según la Wikipedia). Después de ver el vídeo entero, parece una palabra facilísima y te suena hasta fluida y bonita. La verdad es que el vídeo es divertido, y si prestas atención aprendes bastante sobre la formación de sustantivos en alemán, así que no tenéis nada que perder, ¡echadle un ojo!

Eso de hacer un pastel de ruibarbo me recuerda, dicho sea de paso, a cuando me enteré de que existía algo llamado Mohnkuchen, que yo interpreté como pastel de amapola. Aluciné pensando cómo hacían para descomponer la flor y hacer de ella (pétalos incluidos, qué asquito) una pasta negra con la que luego harían pasteles. Luego resultó que son semillas de amapola, simplemente... Minipunto para mi brillante intelecto.

 ¡Aquí os dejo el vídeo!




(Me gusta más esta otra versión, se entiende mejor y está mejor contada)

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cosas raras que veo por Alemania IV

Bienvenidos a la nave del misterio. Hoy nos enfrentamos al espeluznante caso del plato y la cuchara que se hallaron en la madrugada del 13 de noviembre en el rellano de nuestra telespectadora anónima (servidora). ¿Un mensaje del más allá? ¿La amenaza de un vecino desquiciado? ¿Es así como se devuelven los platos entre vecinos? Y si un día les pido sal, ¿se la tengo que devolver desparramada en ese tramo de la escalera? Estos misterios nunca dejan de sorprendernos, queridos amigos.


lunes, 11 de noviembre de 2013

Sensaciones que se repiten

Este post no tiene mucho que ver con la vida en Alemania; es más bien sobre la vida misma. He pasado unos días de vacaciones en España y la verdad es que ha habido cosas que me han quitado un poco el sueño, preocupaciones sobre cosas pendientes aquí, y a mi vuelta me he encontrado con una "sorpresa". Me ha sorprendido muchísimo el frío que hace, el ambiente fresco que se respira, y me he sentido exactamente igual que hace un año. Es una se esas sensaciones extrasensoriales que se tienen, como cuando hueles algo que automáticamente te devuelve a un momento o lugar determinado del pasado. Y eso me ha aliviado de todas mis preocupaciones: hace un año, hacía prácticamente el mismo frío que ahora, se respiraba el mismo ambiente, y tenía preocupaciones parecidas. Sin embargo, en todo este tiempo han cambiado muchas cosas. Hace un año, a estas alturas, no tenía ni la mitad de lo que tengo ahora, no sabía qué me esperaba, no conocía cómo funcionaban las cosas aquí... En definitiva, los problemas de hace un año me parecen ahora agua pasada, quedaron atrás, y he visto que lo que entonces me parecía tan importante o difícil ya pasó, y a día de hoy no significa nada. Eso me anima porque sé que, en un tiempo, miraré atrás y pensaré en lo que ahora tanto me angustia y pensaré "pues menudas preocupaciones tenías, si todos los problemas fueran eso...". Y es que no hay nada que el tiempo no pueda solucionar, el tiempo y la voluntad de cada uno. Y los buenos amigos, los buenos consejos, la buena compañía, ya sea cerca o lejos. Y esta ráfaga de positivismo gracias al frío, a volver a sentir esa sensación tan peculiar que se tiene en el norte de Alemania en estas fechas, con los mercados de navidad a la vuelta de la esquina, la nieve que no tardará en dejarse caer, y vuelta a empezar, vuelve el invierno, y por un momento vuelvo al año pasado. Solo que todo es diferente ahora, pues soy mucho más feliz, y eso no lo debería olvidar con tanta facilidad.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Cosas raras que veo por Alemania III

Ya os hablé de los sabores raros que tenía la Fanta o el Ice Tea en Alemania, pero algo que también me hace gracia es el cacao en polvo pero de sabores como vainilla, frambuesa o plátano. Tengo mucha curiosidad por saber a qué sabrá; me animaría a comprarlo pero no me atrevo a que me salga rana y tener que tirar la pedazo de lata. ¿Alguien ha probado algo de esto?






Nota: he estado un buen rato intentando recordar/buscando el código ASCII para la interrogación abierta hasta que me he dado cuenta de que, estando en un teclado español, sí tenía la tecla. Lo mismo para la ñ y para los acentos... ¡Qué follón acostumbrarse a los teclados alemanes y olvidar cómo van los españoles!

miércoles, 30 de octubre de 2013

Es de locos

Últimamente hay algo que me llama bastante la atención: la cantidad de loquitos (con perdón) que hay en Alemania. Prácticamente cada día encuentro gente con supuestos problemas mentales en el metro, como un chico que iba cantando y murmurando, uno que se puso a gritar en el andén y bloqueaba a propósito el paso a la gente, uno que carraspea de manera asquerosa y se pone a gritarle al que se le cruza (a este lo tengo ya fichao), o una mujer polaca, esta misma mañana, que decía cosas como "Cuánta gente ha muerto, pero yo sigo viva", "Mi nariz no está destrozada, ¿qué significa eso?" o "Angela Merkel, ¿por qué no hay fronteras entre Alemania y Polonia?". Hasta me ha parecido oír que decía "Polka Apfelschorle". Pero el loco por excelencia es un señor que se dedica a hablar con todo el que ose sentarse a su lado, se queja de que nadie abre la ventana cuando hace calor, o le abre las puertas a las "señoritas" con gesta heroica. Porque sí, el loquito es español, y se le reconoce fácilmente porque parece el hermano perdido de Chiquito de la calzada. Eso sí, no veas qué bien habla alemán, es un maquinote el hombre, aunque el acento españoleitor es inconfundible. Por lo que he visto, se pasea por el metro con una bolsa del Lidl y hace transbordo y va y viene, supongo que para tener conversación y compañía, pobre. 

Cuando se lo comenté a una amiga que vive en el este del país, me dijo que allí también había mucha gente loca, y empecé a pensar en los posibles motivos. Mis conclusiones fueron las siguientes:

1. En Alemania hay más pirados que en España (teoría no válida porque los locos que veo tanto son alemanes, como turcos, gente del Este o españoles...)
2. En Alemania no hay centros de salud mental, o no hay autoridades u organismos sociales que se encarguen de esta gente y procuren tenerlos "controlados" o tratados. 
3. En Alemania son tan bio que están en contra de medicar a esta gente para tratar sus problemas mentales.

Los que vivís en Alemania, ¿os habéis topado con algun loquito? Ya sé que en todos lados cuecen habas, y que gente rara hay en todas partes, pero es que viniendo de una ciudad superpoblada en España nunca me he encontrado con una cantidad tan grande de gente desequilibrada, de verdad. No quiero ofender a nadie, simplemente es que me ha llamado muchísimo la atención.

martes, 29 de octubre de 2013

Lo que el viento se llevó

El cambio de hora no ha sido lo único destacable de la semana: en el norte de Alemania ha habido un huracán de agárrate y no te menees. Al parecer, el huracán Christian ha dejado una quincena de muertos y varios heridos en el norte de Reino Unido, Holanda, Francia y Alemania. La verdad es que ayer fue un caos; el metro no iba, los autobuses no llegaban, y todo el mundo estaba paralizado y aglomerado en las estaciones (sobre todo en las paradas más concurridas). Además, lógicamente, del viento fuerte que hacía y de que se iban cayendo ramas enormes de los árboles. Mi compañera se negó a ir andando por miedo a que le cayera una rama encima y fuera "una cara-rajada". Lo más curioso es que los alemanes, en estas situaciones, tampoco conocen eso de "dejen salir antes de entrar", y se empeñan en meterse en el metro en plan estampida sin dejar salir a los que hay dentro. Total, un caos. Si es que en algunas cosas ya nos parecemos, ya...

miércoles, 23 de octubre de 2013

Más largo que un día sin pan

Voy a ser rápida y concisa:

Soy muy, muy panera, y aquí en Alemania soy feliz porque hay un montón de variedad en lo que a Brötchen se refiere, con semillas y mil cosas, pero muchas veces echo de menos la simple baguette de toda la vida para "sucar" mientras como. Ya sé que aquí también se puede encontrar (aunque muchas veces son mucho más estrechas), pero no sabe igual que en casa... (Y con los Brötchen no puedes mordisquear la punta cuando tienes mucha hambre con la consecuente bronca de tu madre).



Brötchen alemanes, hacen del desayuno una maravilla divina.


Una triste y pelada baguette; sin ella los bocadillos,
huevos fritos y comidas caldosas no son lo mismo.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Cosas raras que veo por Alemania II

¿Habéis visto estos sabores de Fanta en España? Yo la verdad es que no, o al menos no me había fijado. La hay de mandarina, mango, fresa, y otra más que no sé de qué es y que no cabía en la foto. Eso sí, Fanta de limón de toda la vida no tienen... También he visto lo mismo en el caso del Ice Tea (que cuando es en lata tiene burbujas), que tiene sabores raros como granada o cosas así. Cuando veo estas cosas me recuerda bastante al Radical, no sé si alguien lo habrá probado o recordará los anuncios que daban en su día, pero a mí me encantaba de peque.

La imagen de las narices sale borrosa porque la hice con
la cesta de la compra colgando del brazo... y pesaba mucho.

martes, 8 de octubre de 2013

¿Has visto esas plaquitas?

Hay algo en Alemania que la gente no suele descubrir hasta pasado un tiempecillo o hasta que alguien se lo dice. Cuando llevaba unas semanas aquí una amiga me preguntó que si me había fijado en las plaquitas que hay en el suelo de la calle, y la verdad es que no había visto yo ná’, así que cuando salimos a pasear me enseñó unas cuantas que nos fuimos encontrando por el camino. ¡Y resulta que hay un montón! Se trata de las Stolpersteine, unas placas que conmemoran a las víctimas del holocausto nazi. Son obra de un artista alemán llamado Gunter Demnig, y se encuentran por toda Alemania. Las placas están colocadas en sitios estratégicos (lugares donde murieron las personas, donde ejercían su profesión... aunque por lo general suelen estar delante de las casas donde vivieron) y en cada una de ellas consta el nombre, la fecha y lugar de nacimiento, lugar de deportación y lugar y fecha de la muerte. Lo que más me impacta personalmente es que no ponen “fallecido” sino “asesinado”... Se llaman así porque, al tener un poco de relieve, se supone que la gente se tiene que tropezar con ellas y fijarse en las placas; de este modo nadie olvidará lo que pasó y “no se volverá a repetir”. No puedo asegurar que estén ahí todos y cada uno de los nombres de las personas fallecidas, solamente sé lo que me han contado y lo que se puede encontrar por Internet (que pa’ eso está Google), pero la verdad es que es bastante curioso, y de momento me he cruzado con estas plaquitas en todas las ciudades donde he estado, por pequeñas o remotas que fueran. La verdad es que cuesta darse cuenta de que están, pero una vez lo sabes, las ves allá donde vas; es un recordatorio constante.


Por si os interesa, existe una Base Central de Datos con nombres de estas personas; si véis una placa y os interesa saber más sobre la víctima, podéis buscarlo aquí: http://db.yadvashem.org/names/nameDetails.html?itemId=521161&language=es (Aquí ya os sale el resultado de la mujer que aparece en la foto de abajo, que hice el año pasado):




Esta la he visto esta mañana y se me ha ocurrido escribir la entrada sobre esto


miércoles, 2 de octubre de 2013

¿Por qué?

A veces me pregunto el por qué de las cosas diferentes que veo entre España y Alemania. Algunas tienen una explicación lógica (si no, no serían alemanes) pero otras son para mí un misterio todavía sin resolver, y de hecho me pregunto en qué pensaba el primer lumbreras que lo hizo así en su día, y en qué piensan los demás hoy en día, que lo siguen haciendo aun sabiendo que en otros lugares es diferente y más práctico. Aquí van algunos ejemplos:


1- ¿Por qué no hay cortinas ni persianas? Vale, en estos países hay muchas menos horas de sol/luz del día que en España, pero leñe, que mi strip-tease nocturno a los vecinos se está convirtiendo ya en algo oficial, voy a tener que cobrar. Además de lo que supone despertarse cada mañana prontísimo, sobre todo en verano, que aquí en el norte se hace de día sobre las 4:30am.

2- ¿Qué pasa con los números de los pisos y el cartero? Una amiga me dijo hace poco que qué bien que pusieran el nombre en la puerta, y no el piso, porque así puedes enviarle una carta a alguien y si no recuerdas el piso, con que te sepas el nombre basta. Pero ahora me ha dado por pensar: ¿cuántas vueltas da el cartero para entregar un paquete? Porque en la puerta solo pone el nombre (y no siempre), y como tenga que subir a pata 4 pisos y llamar a las 4 puertas de cada rellano, se puede echar el día. El otro día recibí el router (sigo sin Internet...) y me dejaron un papelito en el buzón un viernes diciendo que no estaba en casa, y que mi paquete lo tenía una vecina. Ahora, ¿qué vecina? Al final el domingo se presentó en mi casa la de arriba con el paquete. Y por último: ¿qué es eso de colgar el papelito de "pasa por correos a recoger tu paquete" en la puerta del edificio, por la parte exterior? Que puede pasar alguien por ahí y arrancar el papel y te quedas sin saber que hay una carta para ti en Correos. No sé, no entiendo cómo va esto.

3- ¿Por qué no hay fregonas como Dios manda? Y hablo de mochos de los de toda la vida, y no la birria esta que consiste en un palo con un trapo de cocina cogido con pinzas en un extremo. De verdad que no lo entiendo.

4- ¿Dónde están los ascensores? Creo que son un mito y no existen, son los padres. Suerte que vivo en una planta baja... lo que me lleva a:

5- ¿Dónde queda mi seguridad en la planta baja? Mis ventanas dan a la calle tal cual, no hay ni barrotes ni nada, y yo espero y deseo que a nadie le dé por arrimarse un día y mirar qué hago, o peor todavía, por entrar. Toco madera.

6- ¿Las lavadoras en los pisos son también un mito? Pues se ve que sí. Me queda la opción de ir a una lavandería de esas tipo peli americana, aunque en esos sitios solo pueden pasar dos cosas: o te enamoras, o te disparan. Espero que sea lo primero. Y espero también encontrar una de esas señoras afroamericanas que hacen esos gestos con la cabeza al son de "amén, hermana". De momento solo he visto ucranianas.


Y de momento ya. En próximas entregas, más.



martes, 1 de octubre de 2013

Cosas raras que veo por Alemania I

Como no hay mucha novedad que contar (sigo sin Internet y tengo que esperar al viernes a que venga un técnico a casa -y sigo sin nadie que se espere en mi casa de 9 a 16h-) inauguro el apartado de Cosas raras que veo por Alemania. Hoy os voy a deleitar con esta rareza que vi ayer en la Post: una mujer con una ¿ballesta? Yo no entiendo ná. Se iba dando golpes con ella cada vez que se giraba y se iban cayendo las cosas de los estantes. Todo esto a las 9am. El que lo entienda que me lo explique.




viernes, 27 de septiembre de 2013

Resolución de conflictos a la alemana

Al contrario de lo que pueda parecer, la resolución de conflictos a la alemana no es nada eficiente. Es una p*** m*****.

Por lo general, los alemanes son conocidos por ser muy eficientes para todo, y eso es porque cumplen las reglas a rajatabla y claro, así el porcentaje de error es mínimo, porque se hace todo tal y como se tiene que hacer. ¡Pues no! Porque luego cuando pasa un imprevisto, tienen atrofiada la capacidad de solucionarlo. Estos días estoy un poco hasta los pinreles de cómo funcionan estas cosas aquí. Que no digo que en España vayan mejor, solamente digo que aquí no funcionan bien así. Pues la cosa es que esta semana ya son 3 las veces que los servicios técnicos varios se empeñan en pasar por mi casa cuando no estoy.

Primero los que revisan los detectores de humo: me dejan un papel en el buzón diciendo que vendrán el lunes entre las 17h y las 18h. Teniendo en cuenta que termino de trabajar a las 17h (siempre algo más tarde) y que tardo una hora en llegar a casa, no les voy a pillar ni de broma. Y mira que llegué a las 17:45h, pero allí no se presentó nadie. Y ni dejaron papelito en el buzón ni nada.

Luego los de o2 para ponerme Internet: no me mandan ninguna carta ni nada ni nada, pero por el SMS que recibo diciendo que me dan de alta para Internet y teléfono el día 26 de septiembre, se presupone que tiene que venir un técnico ese día a casa. Por si acaso, voy el 25 a la tienda y me dicen que, efectivamente, van a pasarse entre las 8 y las 14h del día siguiente. En otra tienda de o2 vuelvo a preguntar lo mismo y esta vez me dicen que entre 8 y 16h. Les digo que yo trabajo de 9 a 17h y que no voy a estar en casa, que si no pueden venir antes de las 9h (o sea, a las 8h, que entra dentro del horario). Me dice el chico que si no puedo faltar yo al trabajo y esperar todo el día en casa. Le miro con mirada are you f*cking kidding me y le digo que no. Me dice que si no hay un vecino que se pueda quedar todo el día en mi casa a esperar. Más de lo mismo. Vamos, ya me imagino yendo puerta por puerta "hola, soy nueva y no le conozco de nada, pero tome mis llaves y paséese usted por mi casa libremente". Además, ¿qué van a hacer dos alemanes (el técnico y el vecino) con mi portátil en español? Nada, me dice que de todos modos me llamarán antes de pasarse por casa para asegurarse de que estoy. ¿A vosotros os han llamado? Porque a mí no. Llego a casa y veo en la caja "¡ACHTUNG, importante! Instale Internet con la ayuda del técnico y antes de las 20:00h". Pues nada, os podéis imaginar que sigo sin Internet y sin teléfono. Estuve llamando a atención al cliente y me tuvieron 2 veces esperando 10 minutos para finalmente colgarme. También es verdad que o2 es de Telefónica, así que os hacéis una idea del timo.

Y por último, abro el buzón esperando ver un papelito de los de o2 del tipo "hemos venido pero no estabas" y lo que me encuentro en su lugar es con un papel de los técnicos del agua/calefacción diciendo que ya me habían avisado de que venían hoy y no estaba. Que se pasarán otro día entre 16-17h (y dale, ¡que no estoy!) como última oportunidad. No sé de qué hablan ni quién son esa gente. 

Conclusión: ¿esta gente no contempla que igual en ese horario de mierda la gente trabaja y no puede estar en casa? Y que no puedo pedir un día libre en el trabajo para esa tontería. Y que no conozco a nadie que pueda quedarse en mi casa esperando 8h a que aparezcan. No tengo familia aquí, y los pocos amigos que tengo trabajan en esos horarios. Así que puedo decir que seguir las reglas a rajatabla te impide la resolución de problemas e imprevistos: DADME UNA SOLUCIÓN, os estoy diciendo que NO hay forma de que a esa hora esté en casa. Os estoy diciendo que como mucho puedo esperar hasta las 9am aunque suponga llegar tarde al trabajo una hora. Pero nada, que no, que el horario es ese y no me aseguran que vengan antes de las 9am. Soy una pringada, me siento perdidísima y no sé cómo leches solucionar esto.

lunes, 23 de septiembre de 2013

El resultado

Pues no, no voy a hablar del resultado de las elecciones alemanas porque aquí no se habla de política. En su lugar, hablaré de... *trtrtrrrrrtrrrrr*

El misterio del bolso de alemana: ¡resolución!

Pues efectiviwonder, el bolso de alemana con el que posé en las fotos no es mío (Ooohhh...). Es de mi compañera de trabajo, que se ve que su hija se los da cuando ya no los usa más y se le quedan viejos (no voy a hacer comentarios al respecto). En realidad, el mío es el que sale en la foto de aquí abajo, y es un regalo de mi tía. No sé por qué, pero con los relojes y los bolsos siempre me pasa lo mismo: nunca me los compro yo, siempre me los regalan, así que nunca los llevo porque los haya elegido yo o me parezcan bonitos, sino que aquí se ve que mi estilismo lo deciden los demás. Por eso he llevado bolsos y relojes de todo tipo, tamaño y color. Y tan contenta oye. Así que ya sabéis, si alguno está pensando en regalarme algo y no sabe qué, y si tenéis 70€ a mano, podéis darle un pensamiento a lo del bolso de alemana... yo me dejo querer, no me voy a oponer.






jueves, 19 de septiembre de 2013

Misterio misterioso

¿Me habré comprado el bolso de alemana? ¿Será todo un montaje? Sí... No... Se aceptan apuestas.
Bolso marrón mediano

Bolso negro grande


Ojo que no es uno, sino dos.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

El bolso de alemana

El bolso de alemana es el nombre que le doy a los bolsos que llevan todas las alemanas por aquí, un bolso que al principio me pareció horrible, parecía más un neceser gigante que otra cosa, hortera y simplucho. Y encima carísimo. La verdad es que nunca me había fijado en él, hasta que el invierno pasado, allá por la época en que Lana del Rey acaparaba todas las marquesinas de los autobuses promocionando H&M, una amiga me dijo que qué me parecía "el bolso de alemana". Al principio no supe de qué me hablaba, hasta que eché un vistazo alrededor y vi que estaba rodeada de una plaga de bolsos feísimos que, así sin contexto ni nada, en un escaparate, yo habría tomado por neceseres de los que venden/regalan en el Douglas o el Yves Rocher.

Peeero aaaaamiga, lo que tiene llevar aquí ya un tiempecillo es que te acostumbras a ciertas cosas de las que en tu hábitat natural en España renegarías. Y una de ellas es, como podéis imaginar, el bolso de alemana. Para mi horror, últimamente me he descubierto en más de una ocasión mirando con casi-envidia a las mozas germanas llevando estos bolsos caros y horribles. Jo, es que una vez los ves puestos no te parece una aberración tan grande, los hay en muchos colores y su simplicidad atrae bastante, ya que no me gustan los bolsos recargados y con muchos bolsillos por fuera o dibujitos. Supongo que los gustos van cambiando conforme te acostumbras al entorno, ¡si hasta la mierda-moqueta me parece medianamente útil en invierno, para no pasar frío en los pies! Por no decir de las gabardinas que desde ayer he visto que lleva todo el mundo. ¿Pero dónde estoy yo cuando se instauran las modas aquí? ¿Por qué de repente bajan las temperaturas considerablemente y todo el mundo lleva el mismo abrigo? Nunca me ha gustado llevar las cosas que se ponen de moda, pero es que las gabardinas estas son muy bonitas, y con el bolso de alemana quedan muy bien. Pero debo contenerme: ¿qué será lo próximo, llevar las botas UGG? Por lo pronto, me quedo tranquila sabiendo que no tengo dinero para pagarme un bolso de esos, aunque quisiera saber vuestra opinión: ¿son tan feos como yo pienso, o son pasables? Si algún día se me va la cabeza y me compro uno, colgaré una foto para dejar constancia de mi enajenación mental. Hasta entonces, lucharé contra la tentación.



Foto del flamante Bolso de alemana

lunes, 16 de septiembre de 2013

La impaciencia alemana

El tiempo me la ha vuelto a jugar: hace sol! Sol! Y si me apuras, hasta calorcito. Bueno, el concepto de "calor" que se tiene viviendo en Alemania.

Estos días he estado en España, y a mi vuelta me he dado cuenta de lo impacientes y "refunfuñones" que son los alemanes a veces. Ya en el aeropuerto, allá en spanischen tierren, la estaban liando pardísima. Se hicieron dos colas para entrar al avión, una para los pasajeros de las filas 15-31 (los primeros en embarcar, por eso de que no se hagan atascos) y otra para los de las filas 1-14. Pues nada, que a esta gente eso de que unos pasen por la cara y otros no, no les hace ninguna gracia, y empezaron a querer pasar y refunfuñar por todo. Ya dentro del avión siguieron con sus quejas, y es que salimos con retraso porque faltaban 4 pasajeros que habían facturado maleta y se habían dado a la fuga, porque no los encontraban. Y cuando la azafata les preguntó a unos que si podían poner su mini-bulto debajo del asiento por falta de espacio, siguieron quejándose porque ellos tenían derecho a que su equipaje fuera en los compartimentos superiores, y que nein y que nein. Ya en deutschen tierren vi más de lo mismo, y por cualquier minucia, oye. Que yo siempre defiendo la simpatía y amabilidad de los alemanes, pero es que ayer no sé si es que tenían todos el día cruzado o es que en el norte son así y yo no me he dado cuenta hasta ahora. Espero que esa cara de no haber comido All-bran no se pegue como se me ha pegado la costumbre de quitarme los zapatos al entrar en casas ajenas, que mis amigas ya me dijeron que eso era de maleducada y que no lo hiciera más. Si es que soy una incomprendía.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Mi ex-vecino, el loco.

De un día para otro, sin previo aviso ni nada, se ha ido el sol y se ha instalado en el cielo una capa blanca de nubes que lo cubre todo, todo, todo. No es que digas "está nublado", no, es que el cielo directamente es blanco, y eso me recuerda peligrosamente al invierno que hemos tenido este año, en el que no hemos visto el sol hasta marzo. Pero soy optimista, confío en que todavía nos quede algún día de cielo despejado, por lo menos hasta finales de octubre. Leyendo el blog de Mamá española en Bulgaria sobre gente que rebusca en la basura en invierno, he recordado una anécdota que quiero compartir hoy con vosotros: "La breve -pero curiosa- historia de mi ex-vecino, el loco".

Durante mis 3 primeros meses en Alemania, compartía piso con una francesa y un inglés (parece un chiste de esos de "están un inglés, un francés y un español...") en un edificio antiguo (Altbau) de 3 plantas, de esos en los que el baño estaba en el rellano que hay entre planta y planta. La cosa es que al poco de llegar, el inglés (que se merece un post aparte, por lo loquito que estaba también) me avisó de que nuestro vecino se paseaba desnudo por el rellano. La verdad es que nunca lo comprobé por mí misma, pero sí pude corroborar que muy bien no estaba cuando se presentaban un par de veces por semana familiares suyos y entraban sin avisar al piso del viejo (que tenía el pomo roto) para ver si seguía vivo o ya la había diñado. El caso es que en Alemania, uno puede dejar sus zapatos en el rellano sin temor a que nadie se los robe, y eso hacíamos nosotros, junto con las bolsas de reciclado. Como muchos ya sabréis, en este país el reciclaje está a la orden del día, y en los supermercados puedes llevar tus botellas de plástico o cristal para que te devuelvan dinero (hay máquinas especiales para eso). Tanto es así, que hay gente que se dedica exclusivamente a buscar botellas con pfand, sobre todo en fiestas, conciertos, festivales... Que los ves ahí con el carro del súper, de los que metes 1€, con toda la pinta de habérselo llevado del LIDL. Pues a lo que iba, nosotros como buenos rácanos jóvenes extranjeros integrados y concienciados con el ecosistema teníamos una bolsa gigante donde acumulábamos las botellas para llevarlas a sacarnos unas perras reciclar. Un buen día, llegué a casa y no vi la bolsa-tanque. "La habrá tirado el inglés, que él tiene coche y puede cargar con la bolsa". Pues parece que los 3 pensamos lo mismo, porque durante un par de días nadie dijo nada ni reclamó el dinero de esas botellas que uno de los tres se habría quedado. Hasta que al final salió a la luz que ninguno habíamos sido: había sido el viejo! Al muy maldito se le debieron de poner los ojos con el símbolo del € al ver nuestra bolsa-tanque, y debió de cargar con ella a cuestas (con lo que pesaba, ojo, que las botellas eran de cristal y en el edificio no había ascensor -nunca lo hay-) hasta el súper. El caso es que el señor de listo tenía un rato, porque a nuestra costa se debió de sacar un buen pellizco. Que te dan muy pocos céntimos por botella, pero leche, que ese dinero es nuestro. Así que nada, nos quedamos sin el dinerito extra que proporciona un mes intenso de recolecta de botellas porque el viejo se nos adelantó. Y lo peor es que me lo imagino esperando impaciente durante un mes hasta ver la bolsa lo suficientemente llena como para atacar en el momento oportuno.


(No, ninguno le dijimos nada porque al fin y al cabo el señor se dedicaba a limpiar el rellano a conciencia a diario; eso que nos ahorrábamos nosotros. Bueno, y porque estaba muy sordo y solo hablaba alemán).

lunes, 9 de septiembre de 2013

Primer año en Alemania: ¡más que superado!

El día 3 de septiembre hice un año aquí. ¡UN AÑO YA! Lo celebré de la mejor manera posible, en compañía de dos de mis mejores amigas, que vinieron a visitarme, y en el sitio que marcó un antes y un después en mi estancia en Alemania (y hasta aquí puedo leer).

Desde el 3 de septiembre de 2012 han pasado muchísimas cosas y he pasado por muchísimos estados anímicos diferentes. He compartido piso con 3 personas diferentes, me he mudado 3 veces, he tenido 3 trabajos distintos, y parece que al fin se calma todo y empieza a coger forma "definitiva". En cada una de las 3 etapas en las que puedo dividir este año he aprendido cosas nuevas, me he sentido feliz, triste, querida, sola, independiente, capaz, cobarde, valiente... He descubierto cosas sobre mí misma que me han sorprendido (unas para bien, y otras para no tan bien), he mejorado mi alemán (aunque todavía me queda muuuucho por delante), y he ganado en experiencia y confianza. Habiendo cumplido ya un año aquí, me he dado cuenta de que ya no hay excusa, ya no me puedo escudar en el inglés porque "es que llevo poco tiempo", ¡que empiezo a ser veterana! Que pago impuestos como cualquier otro alemán, que firmo contratos en alemán, y tengo los mismos derechos y deberes que un alemán. Así pues, cuando hablo en este idioma y me contestan en inglés, intento seguir con el alemán hasta el final (hasta que me gastan una broma y no me entero porque no la entiendo, ahí mi cara ya habla el idioma universal del lenguaje corporal sin necesidad de usar el inglés ni nada). En definitiva, que ya llevo un año aquí; para algunos será muy poco, pero para mí es un logro, es mi primer año, y todavía me queda mucho por mejorar, aprender y experimentar. Tantas, tantas, tantas cosas han cambiado desde que llegué, que no sé ni cómo he ido digiriendo todo como si tal cosa, sin darme cuenta, sin notar el tiempo pasar. Pero ya, solo quería compartir mi alegría por este primer añito en Alemania. Por cierto, ¿lo he dicho ya? ¡UN AÑO!

sábado, 7 de septiembre de 2013

Probando, probando...

Parece mentira, pero he vuelto. Han pasado unos meses desde la última publicación, pero todo ha estado "patas arriba" y no ha habido manera de ponerse a escribir algo serio. A finales de junio me quedé sin sitio donde vivir y me he quedado en casa de unos amigos (benditos ellos) hasta encontrar un sitio para mí. Con lo difícil que es encontrar casa en Alemania, tardé un mes hasta conseguir algo, después de muchas entrevistas y vistas de pisos en las que siempre escogían a otros. Aunque empecé buscando piso con una amiga, finalmente he encontrado un sitio para mí solita, y me ha costado Dios y ayuda (de mis amigos también) amueblarlo. Y así he pasado agosto: del Ikea al piso, del piso a casa de mi amigo, de casa al trabajo, del trabajo a Ikea, y vuelta a empezar. De hecho, no he entrado a vivir en él hasta este fin de semana pasado. Y cuando pensaba que el martirio de comprar-montar muebles ya había terminado, todavía me queda seguir apoquinando: que si contrata Internet, que si la compañía del agua, que si la de la luz, que si me hace falta un espejo, algo para decorar el comedor, algo para poner la tele (tele que todavía no tengo), que si no tengo lavadora, que si no tengo microondas, que si a ver qué pongo en la pared para tapar ese agujero feo... Y espérate que aún no he colgado las lámparas del techo, que sobrevivo con una lámpara de pie que voy moviendo según cambio de habitación. Y una velita en la cocina, muy cuqui, eso sí. Y con el wifi que me presta mi vecino, al que le regalaré unos bombones cuando me vengan a instalar Internet en un par de semanas. Cuando compré el último mueble me planté y dije que ya no volvería a pisar un Ikea nunca mais, y que ya está bien de gastar. Pero una cosa lleva a la otra, y se acaba dejando una el sueldo en decorar una casa que total, solo la voy a ver yo. Lo mejor es que cuando compraba los muebles ya estaba pensando en cómo y por cuánto los iba a vender en Ebay de aquí unos años, cuando me vaya. En fin, que no he tenido tiempo para nada.

Pero ya he vuelto y espero que esta vez sea para quedarme, porque...

¡HE CUMPLIDO UN AÑO AQUÍ! ¡Mi primer año en Alemania!

Intentaré hacer una reflexión sobre este año aquí y la pondré en la próxima entrada. Disfrutad de lo que aún queda del verano alemán, ¡que este año parece ser que estamos de suerte!

jueves, 13 de junio de 2013

Las páginas amarillas también son amarillas en Alemania

Eso es lo que he pensado hoy. La verdad es que nunca me lo había planteado, pero es cierto. Las páginas amarillas en Alemania, también son amarillas, como en España. Y como muchas otras cosas que al fin y al cabo son iguales en todas partes. Y es que se tiene idealizados a los alemanes, o al país, y a veces sin demasiada razón. No me explayaré demasiado, simplemente quiero recalcar que los alemanes, aunque se las den de eficientes, también cometen errores. También te dejan plantado en un Termin (cita) importante sin avisar, también te dicen que te llamarán para responder X cuestión y no lo hacen, y tienes que ir insistiéndoles día sí día también. Que luego para los jefes, la culpa de que falte algo por tramitar o de no poder cerrar las cuentas a fin de mes es tuya, por no haber insistido lo que tenías que insistir con los alemanes. Y si llamar 3 o 4 veces al día durante dos semanas no es insistir, entonces no sé qué lo es. Y muchas veces son tonterías que se prolongan durante semanas y meses por culpa de la ineficiencia de los benditos alemanes... Por supuesto no lo digo con tono acusativo, simplemente me ha sorprendido porque nos quejamos mucho de España, los españoles y los funcionarios y de cómo tardan en hacer las cosas (que es verdad), y luego llegas aquí y ves que es exactamente igual. Incluso mis jefes justifican mis errores con el hecho de que los alemanes funcionan de manera peculiar... Si algo se pierde o desaparece, te lo dicen tal cual. "¿Por qué no está cobrado todavía este recibo?" "Ah, pues se ve que el número no estaba bien y no lo han ingresado". "¿Y el justificante de pago?" "Ya no está". "¿Y dónde está?" "Ya lo han destruido". Y si les dices "Ok, gracias, adiós" te dirán que adiós. No les saldrá a ellos mismos decirte "Mira, te sello este papel". Tienes que preguntarles tú "¿Y no sellasteis ningún papel cuando se hizo el ingreso como prueba de que se hizo?" "No" ¿Me podéis sellar uno ahora?" "Sí". Y te quedas con cara de... ¿pero por qué sois así? No les sale a ellos darte una solución, ellos te dicen el problema, y tú ya buscarás los caminos que sean para solucionarlos. No sé, vamos, que mucho hablar de lo que hay en casa pero aquí afuera también es para quedarse a cuadros. Necesitaba decirlo.

martes, 4 de junio de 2013

De soles y días grises

Esta semana viene cargada de energía positiva con tanto sol y calorcito. Ya iba siendo hora, pensaba que nunca llegaría el "verano", aunque lo digo con la boca pequeña porque en Alemania si una cosa es segura, es que el tiempo hace lo que le da la gana. Sales por la mañana con un solazo de mil pares, y vuelves a casa con una lluvia que cala. Y me espera un largo verano aquí, así que más vale que la cosa aguante y la lluvia nos deje en paz unos mesecitos. Esta semana está siendo de reflexión, emocionalmente vuelve a ser una montaña rusa, aunque ya no por motivos de adaptación o culturales, sino por esas cosillas que a uno le pasan estando tanto aquí como en la Conchinchina. Aunque igual tampoco ayuda esto de estar sola y tenerlos a todos tan lejos… Anyway, de todo se aprende, y ahora toca sobrellevar las cosas como mejor se pueda. Sola, pero con optimismo.

viernes, 31 de mayo de 2013

De impresiones y sensaciones


Llevo aquí casi 8 meses y, aunque ahora ya estoy más asentada, los primeros meses fueron una montaña rusa de impresiones y sensaciones.

Por un lado está la excitación por lo nuevo: ves que los alemanes hacen y dicen cosas que a tu parecer son muy curiosas (ya hablaré con detalle más adelante), y que todo funciona diferente, como es de esperar. Si a eso le añades que tienes que empezar a hacer cosas que no habías hecho antes tú sola ni en España, y encima en alemán, y al estilo alemán, ya te puedes agarrar, que vienen curvas. Véase empadronarte, abrirte una cuenta en el banco, apuntarte en la bolsa de empleo, hacerte seguro médico, llevar lo de la declaración de la renta, rollos de Hacienda, la jubilación, el seguro de desempleo... En fin, firmar treinta mil papeles que te hacen responsable de algo importante a ti, únicamente a ti, ni a tu madre, ni a tu padre, ni a nadie más. Y como eso un sinfín de cosas que te pillan de nuevas y que piensas "pero si yo todo este follón no lo entiendo ni en español, mucho menos en alemán...". Sin ir más lejos, después de tres meses aquí me enteré de que era ilegal estar sin seguro médico, y yo lógicamente no tenía ninguno... ni mucho menos sabía que tenía que pagar >200€ al mes por ello... Pero en fin, ese no es el problema, tarde o temprano todo se soluciona y estas cosas las ves con optimismo. Un poquito de frustración y agobio, sí, pero sabes que no es nada de lo que no te puedas salir. Y así es como tienes días en que te alegras de lo que estás haciendo, sabes que te estás superando a ti misma y que puedes salirte sola de esta. Días en los que te comerías el mundo, en los que saldrías a la calle a socializar con el primero que pasara; en los que piensas: "Joder, ¡cómo está mejorando mi alemán!". Y sacas mil fotos a todo porque siempre llevas la cámara contigo, y le escribes e-mails a diario a tu familia y amigos contándoles lo diferente que es la vida aquí y lo feliz que eres y lo mucho que te queda por vivir.

Por otro lado... hay días en los que no le ves el sentido a nada. Días en los que te preguntas qué pintas tú aquí, quién te ha mandao' venir, y dónde está tu lugar en el mundo. Suena a peliculero, pero las crisis existenciales durante los primeros meses están a la orden del día. ¿Y si no encajo aquí? ¿Y si no hago amigos? ¿Y si no encuentro trabajo? ¿Es esto lo que quiero hacer con mi vida? ¿Cuánto me voy a quedar? Y cambias la frase a "Nunca hablaré bien alemán". Y dejas de hacerle fotos a todo porque la cámara está en un cajón cogiendo polvo. Y dejas de escribir e-mails a tus amigos y familia porque no sientes motivación por nada, ni ves que tu nueva vida sea tan excitante como pensabas.

Y de nuevo pasa algo, cualquier minucia, y en seguida vuelves a cambiar el chip y a estar positiva otra vez. (En mi caso, esto pasa cuando sale el sol. De verdad que el tiempo afecta al estado de ánimo, está comprobado). Imagino que la cosa será distinta para cada persona, pero al menos así lo he vivido yo. Por suerte, al encontrar trabajo todo cambia: estás ocupada, tienes la mente en mil cosas, sales y ves a gente, llenas tu día con algo, te sientes realizada y útil, ganas dinero y empiezas a sentir que ya ha empezado tu vida de adulta. A los 23. Y aunque sigues estando sola, ya no te importa tanto, sabes que eso cambiará, que conforme te vayas haciendo al lugar lo harás cada vez más tuyo, y que es mejor dejar de pensar en qué pasará y centrarse en lo que haces ahora.

En fin, qué se yo, esto va a días, como todo.

jueves, 30 de mayo de 2013

De mitos y tópicos (Parte I)


Esta mañana iba felizmente a trabajar (¿es eso posible?) cuando he visto algo que me ha hecho pensar (así, como novedad). Lo que he visto ha sido a dos desconocidos, chico y chica, que han coincidido dejando su bici en el mismo barrote de la calle (porque aquí todo el mundo va en bici, hasta los señores trajeados, pero eso lo dejo para otro día), y se han puesto a hablar amigablemente. Así, sin más, como si se conocieran, solo que saltaba a la vista que no era así. Eso me ha recordado a las muchas veces que he entablado conversación con desconocidos en sitios como el metro, el bus, o la calle. Se dice de los alemanes que son gente fría y cerrada, pero la realidad (al menos, la mía) es que es más fácil empezar una conversación con alemanes que con españoles. Asínnn te lo digo.

Así pues, he hecho un repaso mental de las veces que me he visto en una situación como los desconocidos de la bici, y así por encima recuerdo las siguientes:

1- En el bus, solamente por mirar a un chico que hablaba inglés con unas guiris. Me hizo gracia cómo les daba explicaciones y me reí, y ahí siguió un juego de miradas y risas que culminó en nada, porque cuando él al fin se levantó para acercarse a hablar llegué a mi parada, y me bajé. Y lo dejé con la palabra en la boca y volviéndose a sentar. Qué crueldad la mía.
2- En el metro, cuando el chico que tenía enfrente (que era todo lo guapo que puede llegar a ser un alemán) estornudó como si no hubiera mañana, ni pasado, ni al otro, y le dije que salud (Gesundheit!). Y se me puso a hablar alegremente, aunque yo no entendí ni papa. Él siguió hablando, yo sonreía y le decía que sí a todo. Una vez más, me bajé en mi parada sin mirar atrás porque soy así de asocial. Y nunca más se supo.
3- En el metro (es que vivo ahí, sabeusté). Me levanté un momento del asiento para ir a saludar a alguien y cuando me quise volver a sentar ya había un mozo ocupando mi lugar. No le dije nada porque estaba de buen ver, y porque soy mu’ educada yo,  pero una vez dentro del vagón me empezó a hablar y así seguimos todo el camino. Hasta que se quedó dormido. Eran las 5 de la mañana, eso sí.
4- En el metro (tengo un problema). Se me rompen las medias. En silencio y esperando que nadie se haya dado cuenta, pongo cara de circunstancias. El chico de al lado me dice que están bien así, que no me preocupe. Seguimos hablando todo el trayecto de metro y el posterior ratito de autobús. Majo como él solo, hoygan. De nuevo, llegó mi parada y si te he visto no me acuerdo.
5- En el metro (¡sorpresa!). Ni siquiera sé cómo empezó, solo sé que terminé hablando durante unas cuantas paradas con un chico impresionado por el hecho de ser española y vivir aquí. Me dijo que si necesitaba ayuda orientándome en el metro, me echaba una mano. (No, gracias, creo que ya me lo conozco bien). No especificó dónde me echaba la mano, pero esta vez se bajó él antes que yo. Una lástima, porque era otro alemán dijno de vé.

Y así día sí día también. No sé si es casualidad que las únicas personas desconocidas con las que entablo conversación (y que conste que son ellos los que empiezan) son chicos, o qué pasa aquí, el caso es que en toda mi vida viviendo en España me ha pasado nada similar. Sin embargo, esto es el día a día de aquí. Si estornudas en público, se giran y te dicen todos “salud” (que solo les falta hacerte la ola); si estornudan ellos, te piden un pañuelo y se suenan ruidosamente sin tapujos; si te los cruzas por la calle te dan los buenos días; si compras algo en un súper o una tienda un viernes, te desean un buen fin de semana, y si vas entre semana te desean un feliz fin de jornada laboral (Feierabend). Y como eso muchas cosas. La verdad es que sorprende que sean más abiertos en lo que hace a entrarles a desconocidos. También es verdad que luego se queda en eso; no llegan a intercambiarse números ni lo hacen por ligar, pero al menos te llevas el haber socializado y que te alegren el día, aunque solo sea un poquito.


Y esto es lo que me ha dado tiempo a pensar en el trayecto del metro al trabajo, hasta que me ha interrumpido un señor para desearme los buenos días y corroborar, qué oportuno, mi teoría de que los mitos y tópicos no siempre se cumplen. Al menos, en este caso.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Desde cero en el extranjero

Tengo que confesar que soy nueva en esto, así que paciencia. Empiezo este blog para escribir un poco lo que uno ve, oye, piensa y siente cuando está lejos de casa, en el extranjero. Llevo poco más de medio año en el norte de Alemania, me vine para mejorar el idioma y vivir experiencias nuevas, pues siempre he querido vivir fuera. Cada vez estoy encontrando más blogs de gente que se ha ido a Alemania u otros países, y finalmente me he animado a unirme y ser una más.

El nombre del blog tiene una explicación lógica: en alemán, 'extranjera' se dice Ausländerin, y le he añadido la 'a' al final para españolizarlo un poco y darle más gracia al asunto, qué ingeniosa. Que sí, que ya sé que la transcripción de ä es 'ae', pero no me gusta cómo suena al decir el nombre del blog en voz alta :P y es menos fácil de recordar.

En fin, iré publicando curiosidades, anécdotas y lo que se me vaya ocurriendo sobre la marcha, y espero contar con vuestra compañía y no ser una forever alone.

Auf wiedersehen!

El que está acostumbrado a viajar, sabe que es necesario partir algún día. (P. Coelho)