Hay algo en Alemania que la gente no suele
descubrir hasta pasado un tiempecillo o hasta que alguien se lo dice. Cuando
llevaba unas semanas aquí una amiga me preguntó que si me había fijado en las
plaquitas que hay en el suelo de la calle, y la verdad es que no había visto yo
ná’, así que cuando salimos a pasear me enseñó unas cuantas que nos fuimos
encontrando por el camino. ¡Y resulta que hay un montón! Se trata de las Stolpersteine,
unas placas que conmemoran a las víctimas del holocausto nazi. Son obra de un
artista alemán llamado Gunter Demnig, y se encuentran por toda Alemania. Las
placas están colocadas en sitios estratégicos (lugares donde murieron las
personas, donde ejercían su profesión... aunque por lo general suelen estar
delante de las casas donde vivieron) y en cada una de ellas consta el nombre,
la fecha y lugar de nacimiento, lugar de deportación y lugar y fecha de la
muerte. Lo que más me impacta personalmente es que no ponen “fallecido” sino “asesinado”... Se llaman así porque, al tener un poco de relieve, se supone que la gente se
tiene que tropezar con ellas y fijarse en las placas; de este modo nadie
olvidará lo que pasó y “no se volverá a repetir”. No puedo asegurar que estén
ahí todos y cada uno de los nombres de las personas fallecidas, solamente sé lo
que me han contado y lo que se puede encontrar por Internet (que pa’ eso está
Google), pero la verdad es que es bastante curioso, y de momento me he cruzado
con estas plaquitas en todas las ciudades donde he estado, por pequeñas o
remotas que fueran. La verdad es que cuesta darse cuenta de que están, pero una
vez lo sabes, las ves allá donde vas; es un recordatorio constante.
Por si os interesa, existe una Base Central de Datos
con nombres de estas personas; si véis una placa y os interesa saber más sobre
la víctima, podéis buscarlo aquí: http://db.yadvashem.org/names/nameDetails.html?itemId=521161&language=es (Aquí ya os sale el resultado de la
mujer que aparece en la foto de abajo, que hice el año pasado):
Esta la he visto esta mañana y se me ha ocurrido escribir la entrada sobre esto
Pues hasta ahora no me había dado cuenta, pero me voy a fijar más cuando vaya a la ciudad por si veo alguna. Es triste la historia que tienen detrás de ellas, pero me parece un buen recordatorio para que no se olvide.
ResponderEliminar¡Besotes desde el sur!
Da igual el tiempo que pase, en cuanto veo alguna se me pongo triste. Y sí, por desgracia están por todas partes...
ResponderEliminarUn salduo
Me has dejado con la boca abierta... Qué impresión cada vez que ves una no?
ResponderEliminarNo tenía ni idea! En mi próximo viaje a Alemania (¡que ya se acerca!) me fijaré!
ResponderEliminarUn saludo!
Ya habia leido sobre ello hacia poco y la verdad es que el otro dia lo comentaba con mi chica. Un detalle de lo mas curioso. En Colonia hay una barbaridad de ellas.
ResponderEliminarSalu2.
He llegado a tu blog de casualidad y me parecen curiosas las cosas que cuentas :)
ResponderEliminarNo tenía ni idea de lo de esas baldosas me parece bastante interesante y un buen homenaje, aunque por desgracia sea por algo tan triste...