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lunes, 16 de septiembre de 2013

La impaciencia alemana

El tiempo me la ha vuelto a jugar: hace sol! Sol! Y si me apuras, hasta calorcito. Bueno, el concepto de "calor" que se tiene viviendo en Alemania.

Estos días he estado en España, y a mi vuelta me he dado cuenta de lo impacientes y "refunfuñones" que son los alemanes a veces. Ya en el aeropuerto, allá en spanischen tierren, la estaban liando pardísima. Se hicieron dos colas para entrar al avión, una para los pasajeros de las filas 15-31 (los primeros en embarcar, por eso de que no se hagan atascos) y otra para los de las filas 1-14. Pues nada, que a esta gente eso de que unos pasen por la cara y otros no, no les hace ninguna gracia, y empezaron a querer pasar y refunfuñar por todo. Ya dentro del avión siguieron con sus quejas, y es que salimos con retraso porque faltaban 4 pasajeros que habían facturado maleta y se habían dado a la fuga, porque no los encontraban. Y cuando la azafata les preguntó a unos que si podían poner su mini-bulto debajo del asiento por falta de espacio, siguieron quejándose porque ellos tenían derecho a que su equipaje fuera en los compartimentos superiores, y que nein y que nein. Ya en deutschen tierren vi más de lo mismo, y por cualquier minucia, oye. Que yo siempre defiendo la simpatía y amabilidad de los alemanes, pero es que ayer no sé si es que tenían todos el día cruzado o es que en el norte son así y yo no me he dado cuenta hasta ahora. Espero que esa cara de no haber comido All-bran no se pegue como se me ha pegado la costumbre de quitarme los zapatos al entrar en casas ajenas, que mis amigas ya me dijeron que eso era de maleducada y que no lo hiciera más. Si es que soy una incomprendía.

2 comentarios:

  1. Impacientes son un rato largo si no se hacen las cosas como les gusta. Yo creo que deberían aprender a relajarse un poquito con algunas cosas. Y que quieres que te diga, pero lo de los zapatos a mí me parece una costumbre genial. Así no se te mete porquería de la calle en casa. Seguro que yo también lo haré cuando vaya a España.

    ¡Besotes!

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  2. Mi madre cuando viene de visita acaba preguntándome mil veces: ¿qué he hecho?¿por qué está enfadada la señora? y cosas así.

    Sí que son protestones los alemanes, la verdad.

    Un saludo.

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